La sauna finlandesa es un ritual que se ha extendido por todo el mundo desde el norte de Europa. En la sauna el calor puede alcanzar temperaturas de hasta 100 °C, pero gracias a la baja humedad (20-30%) se transforma en un agradable abrazo que relaja la musculatura y favorece la depuración del organismo.
A diferencia de la sauna, la humedad en el baño de vapor alcanza el 100% y la temperatura no supera los 48°C.
La acción simultánea del vapor y el calor controlado ayuda a la circulación sanguínea linfática disolviendo las toxinas y favoreciendo su expulsión.