La sauna debe todos sus beneficios a la capacidad de llevar al organismo en muy poco tiempo a expulsar notables cantidades de toxinas gracias al intenso calentamiento. La exposición a las altas temperaturas (entre 60 y 100 °C), el clima seco y la cabina de madera natural caracterizan de hecho el baño de calor finlandés como una auténtica panacea para la mente y el cuerpo. Por efecto de la sauna se alivian, por ejemplo, las migrañas debidas a la escasa regulación de la tensión de los vasos sanguíneos. La sudoración activa un proceso de desintoxicación del cuerpo,
a través del cual se eliminan toxinas y metales pesados, aliviando el trabajo de los riñones. El calor producido por la sauna dilata también los poros, lo cual coadyuva a la expulsión de toxinas y de células muertas,
ayudando a mantener la piel elástica y más joven.
Entre otras propiedades benéficas, usar la sauna ofrece una pequeña ayuda para adelgazar, no tanto a través de la sudoración, porque los líquidos eliminados se reintegran en breve plazo, sino gracias al aumento de la frecuencia cardíaca. El efecto directo en el corazón mediante la dilatación de los vasos sanguíneos, así como el rápido aumento de las pulsaciones, mejora además todo el aparato cardiocirculatorio.
Pero quizá el efecto más directo e inmediato de la sauna sea la relajación, debida a la liberación de endorfinas,
que se propagan desde el cerebro y proporcionan bienestar, además de disminuir el insomnio y la inquietud y aumentar los reflejos y la concentración.
Son cada vez más los gimnasios, piscinas y centros deportivos que se equipan para contar en sus instalaciones con un spa profesional con sauna y baño turco. No se trata de una simple moda, sino de un “programa de bienestar” en toda regla, aconsejado incluso por los médicos deportivos para completar el entrenamiento. Y la sauna es, una vez más, un tratamiento de indiscutibles efectos benéficos después de la actividad física.
Son cada vez más los gimnasios, piscinas y centros deportivos que se equipan para contar en sus instalaciones con un spa profesional con sauna y baño turco. No se trata de una simple moda, sino de un “programa de bienestar” en toda regla, aconsejado incluso por los médicos deportivos para completar el entrenamiento. Y la sauna es, una vez más, un tratamiento de indiscutibles efectos benéficos después de la actividad física.
Aparte de casos excepcionales, la sauna ofrece muchos beneficios. Sin embargo, para estar seguro de disfrutar al máximo de ellas, es conveniente seguir algunas precauciones, aunque sólo sea para acostumbrar al cuerpo a las altas temperaturas, que pueden ser incómodas, especialmente durante las primeras sesiones.
La preparación para el ingreso es esencial. Recuerde entrar en la cabina completamente limpio y bien hidratado. Limpiar el cuerpo con jabón y beber agua e infusiones no sólo le ayudará a sobrellevar mejor las sesiones, sino que también aumentará los efectos del calor. En cuanto al acceso, el consejo es entrar desnudo o al menos cubierto con tejidos naturales: todo para favorecer la transpiración del cuerpo.
Una vez en la sauna, puede permanecer menos de 10 minutos, preferiblemente tumbado. También puede decidir alternar el clima seco con un poco de humedad vertiendo agua sobre las piedras calientes colocadas dentro de la cabina.
Aparte de casos excepcionales, la sauna ofrece muchos beneficios. Sin embargo, para estar seguro de disfrutar al máximo de ellas, es conveniente seguir algunas precauciones, aunque sólo sea para acostumbrar al cuerpo a las altas temperaturas, que pueden ser incómodas, especialmente durante las primeras sesiones.
La preparación para el ingreso es esencial. Recuerde entrar en la cabina completamente limpio y bien hidratado. Limpiar el cuerpo con jabón y beber agua e infusiones no sólo le ayudará a sobrellevar mejor las sesiones, sino que también aumentará los efectos del calor. En cuanto al acceso, el consejo es entrar desnudo o al menos cubierto con tejidos naturales: todo para favorecer la transpiración del cuerpo.
Una vez en la sauna, puede permanecer menos de 10 minutos, preferiblemente tumbado. También puede decidir alternar el clima seco con un poco de humedad vertiendo agua sobre las piedras calientes colocadas dentro de la cabina.
A pesar de los beneficios demostrados de la sauna, existen algunas contraindicaciones. Más que efectos secundarios, sería mejor decir que el baño de calor no es recomendable en determinadas situaciones.
El tratamiento no debe ser llevado a cabo por personas que sufran problemas de corazón. Aunque está demostrado que la sauna beneficia al sistema cardiovascular, también es cierto que las altas temperaturas pueden no ser compatibles con las personas que padecen enfermedades cardíacas.
Incluso en el caso de la gripe y el embarazo, sería mejor abstenerse de una sesión de sauna, así como durante el ciclo menstrual. La vasodilatación puede tener un efecto negativo, que puede provocar un estrés excesivo.
